Solía ser de aquellas mujeres que pensaba que los tóxicos eran los demás; aquellos que me la ponían difícil, que me hacían sufrir, que mentían, engañaban... que no cumplían con su palabra. Esos que te minimizan y agreden en cualquiera de sus formas; desde las más sutiles hasta las más burdas.
¿Te pasa lo mismo? déjame decirte que aprendí que en realidad esas personas que se cruzan por tu vida, algunas para quedarse mucho tiempo y otras solo de pasadita, están allí como tus grandes Maestros del Amor. Ya sé que puede parecer una locura lo que estás leyendo y lo siento si sueno brutal; pero no estamos en tiempos de ir suavecito, sino de empezar a hablar claro y alto.
Maestros con mayúscula porque en realidad te están haciendo un favor, por ejemplo:
- mostrarte qué tan tóxica eres hacia ti misma
- qué tanto daño te haces a ti misma
- qué tanto te amas, respetas y valoras
- que necesitas comenzar un proceso de sanación urgente!
Los Maestros del Amor no son únicamente los gurús o Maestros ascendidos que abrieron caminos para nosotras; son también tus mascotas, los árboles, la lluvia, quienes te hieren, tus padres, hermanos, tus jefes, la mariquita sobre la hoja y más. Pero el tema de esta entrada tiene que ver con las relaciones y dejamos a los Maestros para otro momento.
¿Qué pasó cuando me di cuenta de todo lo que uno de mis mayores Maestros del Amor hacía para mí con su forma de ser conmigo? Pues que comencé un proceso de sanación urgente... recuerdo que decía a mis amigas que estaba en "terapia intensiva" porque fue precisamente lo que hice; me sumergí en las profundidades de mi ser e invertí casi todo mi tiempo y dinero para autoconocerme, sanarme y transformarme... Terminé descubriendo que su forma de ser conmigo era un espejo de mi forma de ser conmigo.
Entonces descubrí que esa relación por enfermiza y destructiva que era, también podía transformarse en una relación sagrada. ¿Que si seguimos juntos? no. En mi proceso de sanación me descubrí libre, grande y brillante y supe qué era lo que no quería en mi vida. Mi mentalidad estaba dando un giro muy grande, mis emociones estancadas estaban liberándose, mi campo energético estaba vibrando diferente. Yo no quería más de esa historia y él no estaba interesado tampoco. Me bajé de ese tren y continué por mi cuenta.
El proceso fue largo y también doloroso, salir de un lugar de víctima a pararte en los pies de la responsabilidad no es fácil... sólo al inicio!! Mirar de frente la forma en la que te tratas, aceptar que nadie te hace más daño del que tu misma te generas e ir en búsqueda del origen de esos comportamientos autodestructivos fue duro; duro y liberador. Duro y aclarado, duro y sanador.
Quizás hubiésemos podido continuar juntos, por supuesto cada uno haciendo su trabajo interior para reconstruirnos como pareja, pero para eso se necesitaba de las dos partes y personalmente no estaba dispuesta a esperar más. Han pasado muchos años de esa historia, de la cual me queda la fuerza de la vida que continuó hacia adelante y el orgullo personal de haber tenido la valentía de mirarme en un espejo y rendirme a la fuerza más grande para que ella me guíe.
¿Esa relación ya no es tóxica, ahora es sagrada? por supuesto que sí! porque de mí surge amor, mi comunicación hacia él (verbal y sobre todo no verbal) es de alta frecuencia; porque ya no espero que cambie, porque sé que cada quien tiene su tiempo y forma, porque lo dejé libre y me liberé; porque pude hacerme cargo real de mi parte en todo lo que sucedió; porque gracias a esa relación le quité capas de polvo a mi Ser esencial y me reconcilié con mi niña interior y con la vida.
Una relación sagrada es aquella a través de la cual puedes expresar tu Ser Divino y ¿sabes una cosa? no necesitas que la otra persona esté de acuerdo con ello, no hace falta que te diga: diga sí, se tú y brilla.
Basta con que tú quieras transformar esa relación de tóxica a sagrada.
Si estás viviendo una relación de pareja enfermiza en donde te sientes chiquita y culpable. Donde no eres libre y tampoco eres apoyada en tus sueños. Si una voz dentro tuyo susurra que algo de lo que estás viviendo no es adecuado para ti, si te duele el pecho y el cuerpo. Si pides a Dios / Universo / Divinidad que haga un milagro, que te envíe ahora si la "prueba final" de que esa relación no es para ti, aunque hayan hijos fruto de ese amor... Da un paso al frente y busca apoyo, lo necesitas con urgencia.
Con cariño
Stefie
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