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Foto del escritorStefie N.

¿ESPECTADORA O PROTAGONISTA¿

Actualizado: 1 may 2023

Resulta atractivo mirar la vida de los demás como espectador que ser el protagonista de tu propia vida… solo hay que sentarse aparentemente cómodos amirar, opinar y juzgar; y se siente hasta un fresquito cuando, a través de lo que consideramos errores y desaciertos de los demás, nos sentimos bien porque de algún modo, creemos que hacemos las cosas mejor.


“No uses la experiencia de los demás para sentirte ofendido”,escuché esta frasede WayneDyer en una de sus maravillosas conferencias; esos tiempos que uno se regala para crecer un poco más. Recuerdo que la escuché y regresé la cinta varias veces, me pareció ¡genial!… fue tan claro como el agua de un arroyo que brota de un manantial…


He notado, que cuando vivimos como espectadores de la vida de los demás, estamos utilizando su experiencia de vida para sentirnos ofendidos, molestos, indignados… en todo caso, también vivimos como espectadores de nuestra vida, dejando que la vida sea algo que nos pasa.

Hay tres puntos importantes que tomar en cuenta con respecto a utilizar la experiencia de vida de los demás para sentirnos ofendidos:

La primera, es que resulta imprescindible reconocer que ¡está bien!, está bien que seamos espectadores de otras vidas, porque a través de ellas también aprendemos; a través de que nos miren y nos juzguen y de mirar y juzgar, aprendemos sobre la vida, sobre las relaciones, sobre lo que nos gusta y no nos gusta, sobre lo que reconocemos que podríamos hacer o no; nos descubrimos a través de los demás. Ya sabemos que la vida es un espejo, que lo que vemos afuera es en realidad lo que somos en ese momento por dentro, lo que creemos, lo que pensamos y lo que sentimos.


Lo segundo es que cada uno de nosotros está aquí para tener una experiencia humana, para aprender y adquirir ciertas cualidades que nos hagan recordar lo que en realidad somos, que nos lleven a conectarnos con nuestra esencia; entonces, cada uno de nosotros es aquí, tanto una víctima como un victimario; sí, porque así como vinimos a aprender a través de nuestras decisiones, las mismas que nos llevan a tener diferentes experiencias que catalogamos de buenas o malas con otras personas; también estamos al servicio para que los demás crezcan a partir de su relacionamiento con nosotros, experiencias que los demás también catalogan de buenas o malas.


Y la tercera es que si nos quedamos como espectadores de experiencias de vidas de otras personas e incluso de la nuestra… el crecimiento y la adquisición de estas cualidades… se demora más. Y Claro, cuando nos quedamos sentados en la butaca, nos quedamos ensoñados y no tomamos acción sobre nuestra vida; es decir, nos retrasamos a asumir el rol tanto de director como de protagonista de nuestra vida.


Entonces, pregúntate cómo está tu vida en este momento, cómo la vives: ¿estás en calidad de espectador o de protagonista? Si estás como espectador ok, comienza por reconocer que cada vez que utilizas la experiencia de vida de otra persona para sentirte ofendido u ofendida tienes dos opciones: o creces a partir de la experiencia de la otra persona; respetando su tiempo, su proceso y sus decisiones como algo necesario para él o ella, o te haces más pequeño, al quedarte con la ira, la indignación y el juicio, que engañosamente te dicen: “tú no estás tan mal”.


Segundo, ten siempre presente que los otros también pueden ser espectadores de tu vida, entonces, no eres víctima de sus juicios; estás solo al servicio para que ellos aprendan de ti… a su debido y particular tiempo. Recuerda que cuando “nos hacen sufrir” en realidad nos están haciendo un regalo, ya que a través de él o adquirimos cualidades de compasión, amor incondicional, respeto, neutralidad, etc., o nos quedamos en el sufrimiento, la culpa y la vergüenza; la decisión siempre es de cada uno. Recuerda también que cuando te molestas porque alguien vive una vida que a tu parecer está mal… esa persona sete muestra para que te sumerjas en tu interior y descubras que también tienes en ti la posibilidad de vivir como él o ella y de hacer las cosas que hace.


Y si estás viviendo tu vida como director y protagonista, recuerda que de todas maneras, ¡sigues estando al servicio de los demás!

Aquí no hay buenos ni malos, ni mejores ni peores, porque el tiempo de cada uno es el perfecto; no es una carrera donde al final habrá un ganador; todos vamos a llegar a la meta en nuestro tiempo y a nuestro ritmo.


Con cariño

Stefie

2014


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